Julio César es uno de los personajes más
importantes de la historia. El cine ha propiciado que su fama de seductor y su
buen hacer como militar, hayan llegado al gran público. Fue el promotor de
importantes cambios en Roma, el paso de la República al Imperio, que a su
muerte perpetuó su sobrino nieto Octavio Augusto.
No se sabe la fecha exacta de nacimiento de
este político romano, pero la más aceptada es
la del 13 de julio del año 100 a.C. De su infancia se conoce poco.
Cuando contaba diez años, sus padres encargaron su educación a Marco Antonio
Gnifón, un célebre profesor versado en literatura romana y griega.
Julio César tuvo el acierto de saber aprovechar
bien las ventajas que tuvo en la vida. Su inteligencia, su ingenio y su
ambición sin límites, sin duda fueron sus aliados indiscutibles.
Julio César y la cultura
César era un hombre culto, y preocupado porque
la cultura llegara a todos los ciudadanos, creó un proyecto para fundar
bibliotecas por toda Roma. Este plan no pudo llevarlo a cabo, por su inesperada
y prematura muerte, pero su sucesor, Octavio Augusto, lo haría realidad.
Asimismo, su admiración por las personas que
ejercían la medicina y por los escritores, hizo que quisiera atraerlos hacia
Roma, proporcionándoles la ciudadanía romana de un modo inmediato.
Representación artística de la Biblioteca de Alejandría |
A su pesar, sin embargo, es en parte
responsable de que miles de papiros destinados a la Biblioteca de Alejandría desaparezcan, cuando presta ayuda a
Cleopatra contra su hermano Ptolomeo. Da la orden a sus hombres para que
incendien los barcos enemigos, con tan mala fortuna, que el fuego alcanza unos almacenes que albergan miles y miles de manuscritos.
Su ascenso al poder
Julio César ejerció durante un tiempo como
abogado, tuvo en sus manos casos muy conocidos que le dieron popularidad. Por
otra parte, persiguió la corrupción política, lo que le granjeó mucho apoyo por
parte del pueblo.
Su ascenso político fue sumamente complicado,
se encontró con dificultades y zancadillas por doquier. Tenía treinta años
cuando consigue por fin ser elegido edil curul y entre sus obligaciones, estaba
la de organizar los juegos de la ciudad. Julio César se propuso organizar los
juegos más espectaculares que Roma hubiese visto nunca, el único inconveniente
era que el presupuesto era muy escaso y el dinero que faltaba tenía que salir
de los bolsillos del propio edil. Pero eso no le detuvo y organizó unos juegos
verdaderamente inolvidables, que hizo que se ganase de nuevo el favor del
pueblo. Entre otras cosas, llegó a desviar el curso del río Tíber para inundar
el Circo y poder ofrecer un combate entre barcos. El espectáculo fue asombroso
y la ovación de la gente también. Julio César consiguió su propósito, aunque
quedó enormemente endeudado.
El Mundo Romano tras las conquistas de César |
Le crecían los apoyos, pero también los
enemigos políticos, como Casio o Catón el Joven, que antes fueron sus aliados.
Julio César, con su maestría militar, los fue venciendo, a pesar de estar en condiciones
desfavorables en muchos momentos y de sufrir epilepsia.
En aquellos años Roma estaba dividida entre los
conservadores, que apoyaban la república y los populares, que estaban con César,
porque deseaban que el poder estuviese abierto a gente nueva.
Hay que aclarar que la república en aquellos
tiempos nada tenía que ver con lo que se entiende hoy. Se trataba de un
gobierno oligárquico, donde un número de familias se iban pasando el poder de
unas a otras, creando un círculo cerrado a su alrededor. De esta manera, el
poder siempre estaba en manos de las mismas personas.
El magnicidio
Marco Antonio admiraba y adoraba a César, y su
seguridad le preocupaba desde hacía mucho tiempo. El pueblo y el ejército le
querían, pero Marco Antonio sabía que otros le odiaban y no soportaban tanta
popularidad. Además, sus hombres de confianza le habían advertido que muchos
deseaban acabar con él.
Asesinato de César |
El 15 de marzo del año 44 a.C., se celebraban las idus de marzo y los senadores citan a Julio César en el teatro
de Pompeyo, con la excusa de hacerle una petición. Marco Antonio, intuyendo lo
peor, quiere llegar hasta él, pero se lo impiden. Y en el teatro de Pompeyo, César encuentra la muerte a manos de los 23 senadores que le apuñalan repetidamente.
Fue un final inesperado, trágico, que lo encumbró a lo
más alto, al lugar donde solo viven los mitos, los elegidos y los que perduran
en la memoria de la humanidad por muchos siglos que transcurran.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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